martes, 9 de diciembre de 2008

Descubrir arquitecturas

Vista de la terraza en voladizo.
Vista del conjunto.
El reto es descubrir algo que aún no existe, acotar un espacio para vivir. Eso que aún no existe deberá tomar forma, primero en el pensamiento, en el sentimiento en la sensación imaginada y soñada y después en el espacio. El vacío discurre ahora entre los árboles, la hierba húmeda, entre los rayos del sol o dibuja sombras en la superficie virgen y áspera.

Contar los pasos desde la entrada hasta el borde de la superficie aplanada por el tiempo, cerrar los ojos, respirar profundo el olor de la lluvia, abrir los ojos y descubrir el cielo recortado por el perfil de la montaña, respirar profundo los colores del monte, respirar profundo ese volúmen que comienza a dibujarse en tu pensamiento.

Mientras respiras descubres formas que ya existen, formas que te sugiere la pendiente, la perspectiva lejana, la luz, el aire que acaricia la piel de tu arquitectura humana, de tu arquitectura inventada para la vida de otras vidas.
Pugna por salir, por sobresalir del entorno, quieres quedarte como parte de lo que estás creando y sabes que solo el espíritu queda.

Estás descubriendo las formas que existen en la naturaleza, para enriquecerla, potenciarla, respetarla, disfrutarla, nunca destruirla y aplastarla.
Este es el primer paso.